Summer Age nace del amor y de la admiración a mi madre. Se llama Salud, tiene 82 años y pasa sus vacaciones en la misma playa desde hace más de 60.
Ella y sus amigxs comparten la ilusión de las vacaciones, las ganas de vivir la vida por encima de la edad y de sus inevitables achaques, luciendo sin complejos sus cuerpos y sus rostros.
Los medios de comunicación, los gimnasios, las clínicas de estética, las cremas, pastillas y dietas milagrosas, nos venden la operación bikini, la juventud y la delgadez extrema, como paradigma de felicidad y éxito. Todo un sinfín de encorsetamientos, de intentos, en la mayoría de los casos frustrante, de llegar a ese canon de belleza impuesto.
Admiro a mi madre y a sus amigas, porque, si bien se intentan cuidar y son presumidas, están por encima de muchas convencionalidades sociales, dándonos una lección a todos los jóvenes y no tan jóvenes.